CULTURA, ES DECIR NACIÓN

Dicen los que conocieron a Raúl Gómez García que desde muy pequeño su rostro irradiaba alegría, amor a sus padres, a sus amigos Que era un vital amante del deporte, de la poesía. En sus versos hay nocturnos, nostalgias, amores y cantos por una Cuba nueva.

Desde muy joven se vincula a la vanguardia estudiantil y eso le hace fundar incluso un periódico en ese ámbito. Finalmente, con todas sus energías milita en el Partido Ortodoxo y participa en las acciones en el Asalto al Cuartel Moncada, el 26 de julio de 1953. Allí será torturado y asesinado.

Nacido un 14 de diciembre de 1928, esa fecha ha sido escogida como Día del Trabajador de la Cultura. Raúl Gómez García, reconocido como “El poeta de la Generación del Centenario”, aludiendo al siglo del natalicio de Martí en 1953, es semilla fértil que confirma la unidad entre cultura, independencia y patria.

Desde un trazo de pincel, las tablas, las páginas de un libro, una cabina de radio; desde el gesto, el movimiento, la danza, la enseñanza artística, un pasacalle; desde un escenario famoso o humilde, la cultura es la forja perpetua del alma misma de la nación. Un trabajador de la cultura es un defensor de la alegría, que en medio de tiempos tan difíciles como los que vivimos, ha reinventado muchas cosas para seguir estremeciéndonos, alumbrándonos, enriqueciéndonos, acompañándonos. Y cuando lo escribo pienso en tantos nombres.

Desde la patria del son y la palma real, desde esta Cuba con todos los cubanos, aun escuchamos aquellos versos tremendos de Raúl Gómez García, “Ya estamos en combate”:

Por defender la idea de todos los que han muerto… 
Por el heroico gesto de Maceo, 
Por la dulce memoria de Martí… 
Por la estrofa magnífica del himno
“Que morir por la patria es vivir”… 
Sintamos en lo hondo la sed enfebrecida de la patria 
Pongamos en la cima del Turquino la Estrella Solitaria.

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